miércoles, 18 de abril de 2012

ECOSISTEMAS CANARIOS

El Archipiélago Canario se encuentra situado frente a la costa noroccidental de África, en la zona templada del hemisferio norte, sobre el Trópico de Cáncer. Está extendido de este a oeste y comprende siete grandes islas (Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro) y seis islotes (La Graciosa, Alegranza, Montaña Clara, Roque del Este, Roque del Oeste y Lobos). Las islas emergen del océano atlántico como edificios volcánicos independientes, en la zona comprendida entre la plataforma y
la llanura abisal africana.

Las Islas Canarias apenas las separan unos 120 kilómetros de la costa noroeste de África y unos 1.050 de Europa, zona que queda dentro del área de influencia del Anticiclón de Las Azores y de la corriente marina fría de Canarias, elementos que determinan su clima.

Las Islas no presentan la misma edad, dado que su formación no fue simultánea, edades de entre 20 y 10 millones de años para las islas más antiguas (Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria y La Gomera) y entre 10 y 0,5 millones de años para las más jóvenes (Tenerife, La Palma y El Hierro). De igual modo, hay que señalar, que cada isla es el resultado no de un único episodio eruptivo, sino que se ha formado por etapas o ciclos eruptivos relativamente cortos, separados por largos períodos de inactividad volcánica en los que actuó la erosión.

Las islas Canarias se incluyen en la región Macaronésica junto con los archipiélagos de Azores, Madeira, Islas Salvajes y Cabo Verde. Las características que comparten con ellos son: o Su origen volcánico, que ha dado lugar a estructuras geológicas y paisajes parecidos. o La influencia que ejercen los vientos alisios. o El compartir una fauna y una flora exclusivas de
esta región. Las islas con dorsales definidas y de mayor actividad reciente (La Palma, Tenerife, El Hierro, y Fuerteventura) son de forma triangular o alargada ... ... y las islas con manifestaciones centrales (Gomera y Gran Canaria) circulares y cupuliformes.

Según el relieve, la altura y la vertiente de que se trate, podremos encontrarnos contornos naturales que pueden abarcar espacios de cumbre, medianías o de
costa, e incluso áreas continuas que incluyen varios de estos espacios o zonas. En cuanto a la morfología de sus costas, la acción marina ha determinado su conformación, en general escarpadas a barlovento, y con llanos costeros y playas a sotavento. Los acantilados y calas en las desembocaduras de barrancos y valles de la zona norte y en las islas jóvenes contrastan con los llanos costeros, playas, jables y campos de dunas costeras formadas por materiales de origen orgánico marino. La variación de temperatura según la altura de las Islas, unido a la influencia de los vientos alisios y la proximidad al continente Africano, junto a la orografía insular, determina una abundante variedad microclimática y los tipos de suelo de origen volcánico, han dado lugar a una gran diversidad de ecosistemas, con singulares comunidades animales y
vegetales, que incluyen importantes endemismos. Los vientos alisios fluyen hacia las Islas de forma estable en verano, mientras que en invierno se alternan con entradas de aire polar. Junto a ello, se hace sentir la influencia del continente africano con periodos de masas de aire caliente sahariano.

Las Islas Canarias se encuentran bajo la influencia del anticiclón de las Azores y, por tanto, bajo el régimen dominante de los vientos alisios. Los Órganos, columnas basálticas al descubierto, producto de la erosión marina. La Gomera.

El archipiélago canario reúne una extraordinaria diversidad ecológica que, a simple vista, se aprecia en el extraordinario contraste de paisajes naturales que
alberga, donde frondosos bosques de laurisilva comparten protagonismo con extensas zonas de lavas.
Los ecosistemas terrestres de Canarias se encuentran agrupados en comunidades, que se distribuyen en diferentes pisos o franjas en función de los factores climáticos y la altitud. En canarias encontramos los siguientes ecosistemas: las costas y el cardonal – tabaibal en el piso basal; el bosque termófilo, la laurisilva formando el monte verde canario; el pinar y la alta montaña.

Según el desarrollo que tengan las especies vegetales dominantes de la comunidad, los ecosistemas son arbustivos (formados por matorrales) y arbóreos (áreas boscosas).
Los ecosistemas formados por matorrales se encuentran cerca de la costa y en las cumbres, mientras que los ecosistemas formados por árboles ocupan la zona de medianías de las islas más altas.


ECOSISTEMAS COSTEROS

El ecosistema costero soporta altas temperaturas, muchas horas de sol al día y precipitaciones muy escasas durante todo el año. Bajo estas condiciones, las plantas han tenido que desarrollar mecanismos de adaptación que les aseguren su supervivencia. El piso basal se extiende desde el mar hasta los 300- 400 m en la vertiente de barlovento y hasta los 800 m en la vertiente de sotavento, y es donde se muestra el matorral de costa que posee una flora heterogénea adaptada a la sequedad, de formas achaparradas y plantas espinosas que desarrollan un sistemas de raíces para aprovechar al máximo las pocas precipitaciones, con interesantes endemismos.

Lechuga de mar Pardela chica Lapa majorera El Médano, zona costera. Tenerife.

Comenzamos en primera línea de costa, donde se encuentra la comunidad vegetal que soporta la alta salinidad costera, que aparece en todas las islas e
islotes y sus límites varían según su orientación.
En algunas zonas del litoral, el mar inunda áreas interiores que quedan encharcadas en la bajamar, constituyendo los llamados saladares, típicos de
Fuerteventura y Lobos o las lagunas salobres y las dunas de Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, frecuentados por un amplio número de aves que se alimentan de organismos que extraen de la arena (limícolas). Es frecuente observar en este hábitat a la garza real, la garceta común, los zarapitos, los correlimos, los chorlitejos y archibebes; entre ellos destacamos al chorlitejo patinegro, que es la única especie limícola que nidifica en Canarias. Entre las aves de zonas abiertas semi-desérticas, destacan la hubara canaria, la ortega, el alcaraván y la bisbita caminero.
La hubara canaria era abundante en el pasado, pero en la actualidad sus poblaciones han descendido debido a las actividades humanas; como la caza, las molestias ocasionadas en la época de nidificación, la urbanización de su hábitat y el pastoreo, han colocado a la hubara en la actual situación de peligro de extinción.

Aves que se alimentan de organismos que extraen de la arena (limícolas). Perejil de mar Hubara Canaria, especie endémica en peligro de extinción.

Existen también diversas comunidades vegetales, algunas de ellas asociadas al litoral rocoso no sumergido y continuamente salpicado por el oleaje, donde se desarrollan plantas como el perejil de mar y la lechuga de mar y otras como el salado, las siemprevivas y las magarzas en los cursos de agua y desembocadura. En la zona de rompientes sometida a las subidas y bajadas de las mareas y la abrasión marina crecen algas y moluscos como mejillones y lapas.
En las zonas sumergidas de nuestras costas encontramos numerosas algas, entre las que se desarrollan crustáceos como el cangrejo ermitaño y la langosta.
Por otra parte, los tubos y cavidades volcánicas sirven también de refugio al murciélago de bosque y al murciélago orejudo canario. Si bien, adquieren especial relevancia los invertebrados acuáticos por su rareza y elementos endémicos. Especies que han desarrollado una serie de adaptaciones para la vida subterránea como son la despigmentación y la falta de ojos. Las especies más abundantes son los cangrejos y los gusanos marinos. La especie endémica más conocida es el jameíto, un pequeño cangrejo ciego y de color blanco, que es muy abundante en la laguna de Los Jameos del Agua en Lanzarote.

GarzalJameos del agua. Lanzarote. Murciélago orejudo

Las principales características del medio son la escasez de precipitaciones, altas temperaturas a lo largo del año y un alto grado de insolación. Estas condiciones climatológicas, junto a la existencia de sustratos abruptos y erosionados, son las que deben soportar las especies que viven en estos ambientes. Compuesto principalmente por el Cardonal-Tabaibal, ,junto con otras especies con interesantes endemismos, como los verodes, los bejeques, los cardoncillos, los cornicales, el guaydil, la vinagrera, el balo y algunas especies introducidas de América, como la tunera y la pita.
La fauna invertebrada adquiere una mayor relevancia, pues presenta endemismos asociados a los cardones y tabaibas, como la mariposa esfinge de la tabaiba. En las zonas pedregosas se pueden encontrar escarabajos y caracoles terrestres endémicos de Canarias.

Mariposa esfinge, Bejeques, Lagarto gigante de El Hierro, Cardonal-Tabaibal


Entre los vertebrados abundan en las zonas pedregosas los perenquenes y los lagartos. Las aves más frecuentes son el cernícalo y el alcaudón, que captura
con su pico curvo y dentado gran cantidad de insectos y vertebrados de pequeño tamaño. El pájaro moro vive en el suelo donde se alimenta de semillas. La curruca tomillera es de pequeño tamaño y muy activo y se alimenta de pequeños insectos. El bisbita caminero es el más abundante y debe su nombre a que se le suele encontrar caminando por el suelo. Los mamíferos están representados por el erizo moruno y la musaraña, especie endémica.

Erizo moruno, Alcaraván, Musaraña

Por encima del matorral costero se halla el bosque termófilo, formado por unas pocas especies arbóreas y una especial riqueza florística, con interesantes endemismos. De gran belleza son los palmerales, sabinares, lentiscales y dragonales. Se sitúa, aproximadamente, entre los 200 metros y 600 metros de altitud. Es una zona con escasas precipitaciones y temperaturas elevadas, pero más suaves de las que soportan el matorral costero y se desarrolla en un suelo
más rico.
Debido a la presión humana (presión antrópica) ocupa áreas fragmentadas en zonas poco accesibles. La masa vegetal es parecida a la que existe en la franja de tabaibas y cardones, a medida que ascendemos hacia el Monteverde, aparecen comunidades como el acebuche, el lentisco y el mocán y matorrales como los tajinastes, las jaras y las vinagreras. En la fauna se presenta la curruca cabecinegra, el aguilucho ratonero y el búho chico.

De los escasos sabinares que aún quedan en las islas, el más extenso y mejor conservado es el de Vallehermoso en la isla de La Gomera.


BOSQUES TERMÓFILOS

Búho chico Aguilucho ratonero.

Los alisios son los vientos dominantes en Canarias; se originan en el anticiclón de las Azores y aunque en su origen son cálidos y secos, al atravesar el océano Atlántico se van cargando de humedad y se enfrían, influyendo de manera muy clara en el clima de Canarias: La consecuencia fundamental del régimen de los alisios es la existencia de dos capas: el alisio inferior, que forma una capa superficial húmeda y fresca, y el alisio superior, que se sitúa por encima y forma una capa seca y cálida. Esta superposición genera una zona de inversión térmica cuyo límite inferior se establece entre los 600-900 m y el superior a unos 2.000 m.

El mar de nubes atenúa los contrastes térmicos del aire en aquellas zonas situadas por debajo de él ya que absorbe y refleja la radiación solar. Por otra parte, su presencia impide la propagación de la humedad hacia las capas altas.

Esta distribución vertical provoca la aparición de los bancos de nubes, denominada «mar de nubes» en las laderas orientadas al noroeste de las islas más elevadas.

Mar de nubes Zona de inversión  e la temperatura Zona superior: Cálida y seca Zona inferior: Fresca y húmeda.

La orografía de las islas desempeña un papel fundamental en la formación del mar de nubes, ya que su relieve constituye un obstáculo en el recorrido de los
Los alisios que se ven forzados a elevarse, sufriendo un enfriamiento y condensándose en nubes que se extenderán horizontalmente. En las islas de mayor altitud (Gran Canaria, Tenerife, La Palma), estos vientos afectan sólo a la vertiente norte, donde se forma el mar de nubes; en las de altitud intermedia (La Gomera y El Hierro), los alisios se forman en la vertiente norte y pasan a la vertiente sur, existiendo el mar de nubes en ambos declives, y en las bajas (Lanzarote y Fuerteventura), pasan de largo y no se forma la capa de nubes.
En las vertientes de las montañas que se encuentran sometidas a los vientos alisios, entre los 400 metros y los 2.000 metros de altitud, se encuentra el ecosistema de la laurisilva.

Los alisios se forman en la vertiente norte y pasan a la vertiente sur, en la zona del Golfo, El Hierro. La vista desde el satélite, nos permite observar la influencia de los vientos alisios en la formación del mar de nubes en las zonas orientadas al noroeste del archipiélago canario…  y situaciones de calima procedente del desierto del Sahara.

La laurisilva es en bosques de hoja perenne, ya que la suavidad del clima permite una actividad biológica continua, con una gran diversidad de especies arbóreas.
Las ejemplares de la laurisilva tienen las hojas como las del Laurel; anchas, grandes y lustrosas de forma lanceoladas, y es por lo que a esta formación se le denomina laurisilva.
Este hábitat constituye el ecosistema más complejo de Canarias; es una selva templada con una cubierta arbórea densa, que apenas deja pasar algo de luz a los estratos inferiores, por lo que tiene un sotobosque, constituido sobre todo por helechos, líquenes, musgos, hongos y arbustos
.
LA LAURISILVA

Mar de nubes y detalle de la laurisilva. El Cedro, La Gomera Formación boscosa, laurisilva en Breña Alta, La Palma. 1.
¿En qué islas se forman el mar de nubes?  2. ¿En cuáles no? ¿Por qué?

La bóveda vegetal es elevada, pudiendo alcanzar los 25 metros de altura. Está formada por unas veinte especies. El brezo, el palo blanco, la faya, el tilo, el acebiño, el laurel y otros arbustos, debido a su resistencia a condiciones climáticas desfavorables, van a dominar en los límites superiores de la laurisilva y en las zonas escarpadas y expuestas al viento, dando lugar al fayal-brezal.
La laurisilva y el fayal-brezal constituyen el llamado Monteverde canario, que se instala entre los 600 y 1.200 m de altura, en las zonas más húmedas de las cinco islas más altas de Canarias, bajo la influencia de los alisios húmedos del NE y, por tanto, del mar de nubes; se distribuye por la vertiente norte de las islas más altas y en la zona sur y oeste de las islas donde hay influencia del mar de nubes.
La laurisilva posee una gran riqueza desde el punto de vista de la fauna. Albergando una gran diversidad de endemismos. Los insectos constituyen el grupo más abundante de los invertebrados. Destaca el escarabajo fausto, endémico de la laurisilva de Tenerife y La cleopatra canaria, que es una mariposa diurna endémica de la laurisilva, de colores amarillos intensos.

Laurel, árbol de hojas anchas, grandes y lustrosas de forma lanceoladas, y es por lo que a estas formaciones boscosas se les denominan laurisilvas. Formación del monte verde, Garafía, La Palma.

Entre los vertebrados, las aves constituyen el grupo más abundante, ya que el interior del monte no es favorable para la existencia de reptiles. Las especies más interesantes son las palomas de la laurisilva, la paloma rabiche y la paloma turqué. Estas dos especies son endémicas y descendientes de una ancestral paloma del terciario; se encuentran en La Gomera, La Palma y Tenerife, donde se alimentan de los frutos de la laurisilva. Están en peligro de extinción debido a la destrucción de sus hábitats y por la caza abusiva. Esta situación ha conducido a que las palomas turqué y rabiche se encuentren incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas en la categoría de “Sensibles a la alteración del hábitat”. Otras especies de aves encuentran también refugio en esta selva: el mosquitero canario, el herrerillo común, el pinzón vulgar o la curruca capirotada.

Herrerillo común, Paloma turqué, Variedad de hongos, Viñatigo Bicácaro.

El pinar, son formaciones boscosas uniformes donde la única especie arbórea es el pino canario, que se sitúa por encima del monteverde en las vertientes de
barlovento y del bosque termófilo y el matorral costero en sotavento, y llega hasta los 2.400 m de altura aproximadamente. El clima se caracteriza por tener inviernos fríos y veranos muy calurosos. Las precipitaciones no son muy abundantes y en ocasiones se producen en forma de nieve. El Pino canario está muy bien adaptado a la orografía.
El pinar sólo se encuentra en Gran Canaria, La Palma y en Tenerife, y es capaz de soportar grandes contrastes térmicos anuales y estacionales. La superficie natural que ocupaba el pinar se ha visto considerablemente disminuida por los aprovechamientos de la madera (tea) y la resina (brea), y por las plantaciones forestales, con especies foráneas de pinos y los incendios naturales o provocados.

EL PINAR

Pinar de Tamadaba, Gran Canaria. En la isla de La Gomera, sin embargo, no han  xistido verdaderos pinares, aunque sí algunos ejemplares creciendo en afloramientos rocosos. Tanto La Gomera como en Fuerteventura y Lanzarote se han llevado a cabo,
durante las últimas décadas, plantaciones en zonas ajenas a su distribución potencial.

También acompañando al pino canario aparecen, en los espacios que permanecen abiertos, entre otras especies, los brezos y las fayas en las zonas más húmedas y las jaras, tomillos, poleos, escobones y codesos en las mássecas.
La fauna es más modesta, debido a la uniformidad del entorno y a que la superficie es muy ácida. Entre los insectos más característicos están los gorgojos del pino y la mariposa nocturna del pino, endémicos del pinar.
En los pinares se encuentra una gran cantidad y diversidad de aves. Una de las especies más emblemáticas es el pinzón azul, símbolo animal de Tenerife, que se alimenta de las semillas del pino. Este endemismo canario se distribuye en las islas de Tenerife y Gran Canaria. La subespecie de Tenerife vive en los pinares y se localiza esporádicamente en las Cañadas del Teide, y la de Gran Canaria vive exclusivamente en los pinares.
El muflón fue introducido en Tenerife y el arruí en La Palma por motivos cinegéticos; estas especies se han adaptado perfectamente a este ambiente y en su dieta se incluyen especies endémicas en peligro de extinción, por lo que su presencia constituye un peligro para la conservación.

Los picos picapinos son conocidos popularmente como pájaro peto. Pinzón azul Escobonal, colonizando los claros del pinar.

ALTA MONTAÑA

A partir de los 2.000 m se encuentra el matorral de cumbre, y está presente en las islas de Tenerife y La Palma. El centro de Gran Canaria está en el límite de la  alta montaña. El clima está marcado por un contraste estacional, con veranos calurosos y helados durante el verano.

La vegetación se ha adaptado a estas condiciones, adoptando formas acolchadas que crean un ambiente interior donde las condiciones de temperatura y de humedad atenúan la sequedad del aire, la irregularidad de las lluvias y la alta insolación durante el día, alcanzando un pelaje que las protege de las radiaciones solares, otras especies presentan espinas o disminuyen el tamaño de las hojas, que toman una forma delgada, en su adaptación a estas condiciones ambientales. Las especies dominantes del matorral de alta montaña son las retamas y los codesos. En Tenerife predomina sobre todo la retama del Teide y en la Palma el codeso de cumbre, mientras que en Gran Canaria sólo se encuentran colonias de retamas.

La hierba pajonera, con su característico aspecto, es un endemismo de las Cañadas del Teide.

Junto a estas dos plantas dominantes se encuentra una gran cantidad de especies endémicas. Entre ellas destaca, por su abundancia, la hierba pajonera, con un endemismo local en las Cañadas del Teide y otro en La Palma. La magarza del Teide es una especie endémica de Tenerife, que sólo vive en la zona de alta montaña.
El alhelí del Teide es un endemismo, con dos variedades, una en Las Cañadas y otra en las cumbres de La Palma.
En Tenerife, por encima del matorral de cumbre y hasta el pico del Teide, se localiza la violeta del Teide y, en los bordes de las fumarolas, comunidades de líquenes, musgos y hongos, vegetación que soporta intensas oscilaciones térmicas e hídricas.

El tajinaste rojo es un endemismo de las Cañadas del Teide. Matorral de cumbre Malfurada.
Por otra parte, frente a la fauna vertebrada, que es bastante pobre; el lagarto tizón, el conejo, el erizo moruno, las ratas y los murciélagos, destaca la fauna invertebrada que se caracteriza por la diversidad de especies y el alto censo de endemismos. El gran gorgojo del Teide, los escarabajos o la pequeña mariposa manto de Canarias de alas azuladas.
Algunas especies son escasas y se encuentran en peligro de extinción; cardo blanco, violeta del Teide, violeta de las cumbres de La Palma, jara de las Cañadas, rosal de cumbre o el retamón de las cumbres de La Palma, por lo que se han puesto en marcha planes de recuperación para reintroducir estas especies en su hábitat natural.

Escarabajos, Violeta del Teide, Paisaje lunar, Cañadas del Teide.

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