martes, 17 de abril de 2012

ENRIQUE HERNÁNDEZ BENTO

Está teniendo mucho éxito de audiencia el último artículo escrito por Enrique Hernández Bento. El texto lo firma, como los anteriores, en calidad de Interventor General de la Comunidad Autónoma Canaria. “Se acabó la fiesta” es el título del suelto periodístico publicado, faltaría plus, en El Día. Pretende el señor interventor explicarnos lo complicado que es para el personal que trabaja a las órdenes del Excelentísimo Consejero de Economía y Hacienda realizar el presupuesto del próximo año, porque tendrán que recortar 1069 millones de euros. La cosa no está para bromas, nos dice Bento, y avisa que habrá un recorte en el capítulo de personal.
La culpa de ese recorte, por supuesto, es de Zapatero, que no supo ver y reconocer la crisis. Ya sabemos que nuestro gobierno ultraperiférico vio la crisis antes que nadie, por eso el Excelentísimo Consejero y su equipo (con el interventor general incluido) elaboró unos presupuestos en 2008 y 2009 con una estupenda previsión. Por eso, como todo el mundo sabe, don José Manuel no ha tenido, ni tiene, ningún problema con los cabildos, ni con los ayuntamientos. Recordemos que una de sus primeras medidas como Consejero de Economía y Hacienda fue la supresión del impuesto de sucesiones, algo que le agradecieron los herederos de grandes propiedades, gracias a ese detalle en esta legislatura se dejan de ingresar más de 200 millones de euros.
El señor interventor nos explica cómo se hace un presupuesto público y nos dice que “el presupuesto de una administración autonómica se hace como el de una familia”. Ahí tiene razón, da en el clavo. Soria pone a Hernández Bento de interventor, a la hermana del interventor de viceconsejera de Turismo primero y como no se entiende con Rita el Excelentísimo se inventa un cargo para la hermana del interventor, porque los presupuestos autonómicos son como los de la familia, deben usarse para evitar que los hermanos se queden en paro. Otros ejemplos de presupuestos familiares son el nombramiento de Carolina Déniz como Viceconsejera de Justicia, y su hermana como asesora en la misma consejería.
En un gobierno que presume de haber adivinado la llegada de la crisis antes que nadie, no se entiende que el interventor general quiera cortar la fiesta en abril de 2010, casi tres años después del descubrimiento del abismo. Me hubiera gustado que Hernández Bento se hubiera plantado en el aeropuerto de Gran Canaria el 25 de octubre del año pasado. Podía haberse subido al avión donde estaba su hermana Mari Carmen (entonces viceconsejera de Turismo), varias decenas de periodistas y cien jóvenes vestidos de naranja. Al grito de ¡se acabó la fiesta! el señor interventor hubiera requisado las botellas de champán y vino que estaban en la nevera del avión fletado preparadas para ser abiertas por la viceconsejera de Turismo, para repartir entre los periodistas y los dueños de la empresa que organizaba el viaje. El interventor hubiera mandado a todo el mundo a casita, incluso al director de la Televisión Canaria puesto por Soria, el señor Carlos Taboada, que fue a pasear a Islandia con cargo al presupuesto público. Con ese sencillo gesto nos hubiéramos ahorrado más de 300.000 euros de presupuesto público.

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